Teresa Almeida, víctima de "gordofobia"
- Gemma Quevedo
- 12 oct 2016
- 3 Min. de lectura

Gordofobia: enfermedad que consiste en el miedo a la gordura o a las personas con un peso superior al que se establece como “normal”. Parece ser que las personas no son las únicas, sino que tanto los medios de comunicación como las redes sociales padecen este síndrome. Este es el caso de la noticia “Se armó la gorda: los Juegos de Río tienen una nueva reina” del diario MUY del grupo Clarín. En esta pieza informativa se encuentran múltiples ejemplos del tratamiento gordófobo y machista que hace el medio de comunicación.
Desde un primer momento salta a la vista la aprensión del redactor sobre las personas con un peso superior al que está establecido como “normal”, tanto en el antetítulo “la cenicienta que ya no será calabaza” como en el título “Se armó la gorda: los Juegos de Río tienen nueva reina”.
En el cuerpo del texto continúa recalcando información innecesaria como comparar su peso ”98 kilos” con su altura “mide 1,70 metros”. También aparecen declaraciones como “sorprende verla en una especialidad donde lo que prima es la habilidad”, “habrá que empezar a despedirse de la rellena figura”. Todas estas expresiones son inadecuadas porque podrían resultar una ofensa para la portera, ya que únicamente se limitan a hacer injurias hacia su físico. Según el informe Deportes y mujeres en los medios de comunicación. Sugerencias y recomendaciones, “se debe evitar la utilización del cuerpo de las deportistas como reclamo informativo. La noticia debe centrarse en los logros o eventos deportivos, sin desviar la atención hacia el físico de las participantes. Se evitará utilizar referencias sexistas al físico, el uso de estereotipos degradantes y las frases condescendientes.

No es el único medio que hace un tratamiento ofensivo hacia la portera de Angola. A nivel nacional, el diario de información deportiva, Marca, fue mucho más lejos con frases como: “lo que verdaderamente cautivó al personal fue su flexibilidad para el cuerpo que tiene”. Además, también publicó un mensaje en la red social de Twitter que decía: “mide 1,70 metros y pesa 98 kilos. Una portera sin complejos”. Este texto iba acompañado de emoticonos de patatas fritas y hamburguesas. Un manual de redes sociales de la Pontificia Universidad Jacerina señala que en las redes sociales, no solo es importante el qué se dice, sino también cómo se dice. Asimismo, añade que en un medio de comunicación de alcance masivo los mensajes publicados deben ser tratados cuidadosamente para evitar las malas interpretaciones por parte de los usuarios.

Siguiendo con el análisis del cuerpo, llama la atención que la noticia empiece hablando en el primer párrafo del taekwondista, Pita Taufatofua. Lo que está haciendo el medio de comunicación es ensalzar el físico de este hombre a través de palabras como: “torso marcado, desnudo y aceitado”. Lo contrario ocurre con la portera de Angola. El informe Deportes y Mujeres en los Medios de Comunicación explica que entre las características de la personalidad asociadas a los hombres deportistas están: hombre activo, fuerte, competitivo, atlético, disciplinado, rápido, etc. Sin embargo, cuando se trata de mujeres deportistas predominan características como: gorda, vulnerable, emocional, regular, entre muchas otras.
En repetidas ocasiones se hace mención a determinados rasgos que parece que solo caracterizan a los hombres deportistas. “No tiene la espalda de un nadador, ni los bíceps de un levantador de pesas, ni los gemelos de un ciclista”. En ningún momento utiliza el femenino para referirse a la mujer. Por ello, la guía del Consell Audiovisual de Catalunya sobre el tractament de la violència masclista al mitjans de comunicación aconseja que en todos los géneros y contenidos de los medios de comunicación conviene hacer un tratamiento mediático igualitario tanto en hombres como mujeres con el fin de evitar estereotipos y tópicos que banalicen el tratamiento de los casos de violencia machista.
Para finalizar, se utilizan palabras propias del masculino genérico como por ejemplo: “los aficionados”, “los periodistas”, entre muchas otras. Según la guía del tratamiento no sexista de la información y la comunicación en la Universidad Jaume I, “el uso del masculino genérico obstaculiza el pleno establecimiento de la igualdad entre mujeres y hombres. Desde un punto de vista lingüístico puede generar confusión, pues no deja claro si se refiere a los varones únicamente o también a las mujeres”. Por tanto, una posible solución sería sustituir esas palabras por “el publico aficionado”, “la afición” o “el equipo/grupo de periodistas”. De esta forma, el género femenino también tiene cabida.
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