Las mujeres con discapacidad y un tratamiento periodístico discriminatorio
- Gemma Quevedo
- 21 nov 2016
- 3 Min. de lectura

Todavía muchas mujeres continúan siendo víctimas de violencia de género. Sin embargo, aquellas que tienen algún tipo de discapacidad son más propensas a ser maltratadas. Según el Informe del Parlamento Europeo sobre la situación de las mujeres de los grupos minoritarios, casi el 80% de las mujeres con discapacidad son víctimas de violencia y tiene un riesgo cuatro veces mayor que el resto de mujeres de sufrir violencia sexual.
Este el caso de la noticia de El periódico de Aragón donde se puede apreciar cómo las mujeres con discapacidad son discriminadas por el lenguaje peyorativo que utilizan los medios de comunicación, en lo referente a este tipo de colectivos minoritarios.
Una discapacitada tiene 10 veces más riesgo de ser maltratada
Mujeres discapacitadas víctimas de maltrato
Por ser mujeres y por ser discapacitadas
Tanto en el titular como en el cuerpo de la noticia se puede apreciar un claro ejemplo del estilo discriminatorio que hace este medio de comunicación. La guía de estilo sobre discapacidad para profesionales de los medios de comunicación del Real Patronato aconseja que este tipo de lenguaje debe evitarse porque resulta estigmatizante para las protagonistas de la noticia, ya que pone el énfasis sobre la discapacidad de la persona por delante de su condición. Por su parte, la guía de buenas prácticas sobre personas con discapacidad para profesionales de comunicación de la Junta de Andalucía añade que el estilo utilizado menoscaba las habilidades y aptitudes de estas personas dando lugar a una imagen social negativa cargada de estereotipos. Ambas guías recomiendan poner la palabra “persona” delante de discapacidad. Una correcta solución para este titular sería: Una mujer con discapacidad tiene 10 veces más riesgo de ser maltrada.
Las víctimas que sufren minusvalía intelectual
Por otro lado, también se hace un uso ofensivo con la expresión “minusvalía”. Según la RAE, el término “valía” hace referencia a “la calidad de una persona que vale”. Sin embargo, el prefijo “minus” significa reducir o disminuir. Ante esta situación, la guía de estilo sobre discapacidad del Real Patronato afirma que es un término con connotaciones sociales negativas en el cual se produce una infravaloración de las protagonistas de la noticia.
Las que padecen una discapacidad
Las víctimas que sufren minusvalía intelectual
En cuanto al resto del cuerpo de la noticia, se puede observar el uso inadecuado de los verbos padecer y sufrir. Según las guías nombradas anteriormente, estos verbos negativos dan a entender que todas las personas discapacitadas experimentan un empobrecimiento en su estilo de vida. Recomiendan utilizar un lenguaje más neutral y recurrir a verbos como “tener”, “presentar” o “manifestar” que tiene connotaciones menos negativas que los anteriores.
Se han intentado adaptar para mujeres ciegas y sordas
En esta frase el medio utiliza adecuadamente el término “ciega”, ya que la guía sobre personas con discapacidad de la Junta de Andalucía aconseja emplear ese adjetivo antes que el eufemismo “invidente”. Sin embargo, se utilizan etiquetas genéricas para los grupos de personas con discapacidad cuando se emplean ambas expresiones. La guía sobre discapacidad del Real Patronato recomienda resaltar a la persona en lugar de su discapacidad. De esta forma, lo correcto sería decir “personas sordas/ciegas”, “persona con sordera/ceguera” o “persona con discapacidad auditiva/visual”.
El hecho de que la noticia dedique un apartado con el nombre “discriminación positiva” resulta discriminatorio en sí. Esta sección pretende favorecer la normalización de las mujeres discapacitadas. No obstante, la expresión “discriminación” tiene connotaciones negativas. La guía de estilo sobre discapacidad del Real Patronato sugiere utilizar “acción positiva o acciones positivas”.
Para finalizar, está noticia está muy bien documentada en relación a fuentes profesionales, pero se echa en falta la voz de las protagonistas. No hay ni una sola cita de una mujer con discapacidad que haya sido víctima de maltrato. Por ello y tal como lo recalca la guía de estilo sobre discapacidad del Real Patronato, se debe dar voz para poner fin a su invisibilidad y así alcanzar el lugar que les pertenece.
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