Jorge Cremades, banalización del machismo

Con más de cinco millones de seguidores en Facebook, dos millones en Instagram y 98 mil en Twitter, el humorista alicantino Jorge Cremades ya no es tan solo un fenómeno muy influyente en Internet pues, se está convirtiendo, poco a poco, en uno de los mayores representantes del machismo aceptado en la sociedad española. Por resumir, sus vídeos transmiten la sensación de estar viviendo en el siglo pasado.

Muchos de sus vídeos no incluyen a mujeres, pero la gran mayoría de ellos, sí. ¿Y cómo? En vídeos y vines sobre “novias”, los tópicos roles entre hombres y mujeres, y especialmente, vídeos en los que es habitual que las chicas sean controladoras, celosas y/o caprichosas. Pero, ¿es todo esto lo que define a una mujer?

Un prototipo de novia que quiere saber la contraseña del móvil, que se enfada cuando su pareja mira a otra chica, que no le deja sociabilizar… ¿este comportamiento puede darse en ambos sexos? Sí. Al igual que también puede haber alguna mujer así, pero para Jorge, tan solo es el prototipo que caracteriza a la mayoría de las féminas, y al que la mayor parte de los hombres tienen que hacer frente día a día.

Lo más alarmante es que parece ser que mucha gente ve estos comportamientos como habituales en las mujeres y/o que al tratarse de “humor”, no se fija en el trasfondo de los mensajes que transmite. Sea cual sea el motivo, lo que demuestra la popularidad de Cremades es que aún seguimos habituados a la existencia de estereotipos machistas, asimismo, dicha popularidad confirma la facilidad con la que los aceptamos e incluso les quitamos importancia.

¿Actuarán así las futuras generaciones? La audiencia de Jorge suele ser joven, es decir, muy influenciable por sus ídolos. El principal problema puede ser que sus millones de seguidores normalicen estas conductas al aprender de ellas aunque sea de forma inconsciente, y que el “esto es así” de Jorge pueda transformarse en "esto debe ser así" de cara a las futuras generaciones. De esta forma, los vídeos de Cremades tendrían un efecto directo, la presuposición de "ser solo humor" dejaría de cumplirse. Algo que hay que evitar, y sobretodo, no fomentar.

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