"Corrección Política": de noble causa a realidad absurda
- Erich Martens Ripamonti
- 21 nov 2016
- 3 Min. de lectura

Recuperado de: https://www.taringa.net/post/info/19350625/Esa-peste-moderna-de-lo-politicamente-correcto.html
Sin duda que todos estamos familiarizados con -o al menos habremos escuchado- el término "políticamente correcto". A pesar de que hoy en día varios autores coinciden en que es "imposible dar una definición ni siquiera poco rigurosa de lo políticamente correcto" (Mangeot, 1997), autores como Manuel Ballester intentan hacer aproximaciones, describiéndola como un hecho social y lingüístico, que mediante un conjunto de comportamientos y actitudes busca minimizar la discriminación a diversos grupos en función de su origen, raza o sexo (Ballester, M. 2012).
Se oye bien, ¿no? Pues probablemente no seas el único que lo piensa, si tomamos en cuenta la cantidad de artículos, manuales e incluso instituciones que se han creado con el fin de velar por el correcto uso de los términos, buscando no herir las sensibilidades de la gente. Ahora bien, ya te habrás preguntado a qué viene el título de esta columna. Pues sin rodeos, la realidad no podría quedar mejor retratada: lo políticamente correcto perdió su rumbo.
Una Ideología Totalitaria
Es muy probable que, llegado a este punto del texto, aún no vislumbres el porqué de mi opinión. El problema radica en que, aunque en sus inicios el propósito de lo políticamente correcto buscaba modificar el lenguaje ofensivo, hoy en día pareciera que toda palabra corre riesgo de ser considerada ofensiva. ¿Una mujer acaba de hacerse un aborto? No, ella acaba de interrumpir voluntariamente su embarazo. ¿Me acaba de llamar paciente? Yo soy usuario del hospital.
Lo peor es que su impacto no termina aquí. Hoy en día, usar el genérico masculino para referirse tanto a hombres como mujeres se ha catalogado de sexista. ¿Cuál es la solución para esto? Pues aparentemente, lo políticamente correcto es extender el conocido "Damas y Caballeros..." a todas las situaciones, pues al segundo que digamos "Todos pensamos" en vez de "Todos y todas pensamos" estamos discriminando.
El español es un idioma (al igual que aquellos con fuerte influencia latina) que se caracteriza por tener una categoría morfológica que se extiende a todos los sustantivos de la lengua sin excepción: no hay ninguno que no sea o masculino o femenino. Esta característica, que ciertamente lo distingue de idiomas anglosajones como el inglés, pareciera ponerle a nuestra lengua en una posición injusta, cuyo único pecado en este sentido es haberles atribuido género a las cosas sin quizás siquiera desearlo.
Por último, mencionar un punto de vista que se ha ido extendiendo entre varios autores, y que sin duda les parecerá inquietante. Uno de estos personajes es Eugenio Trías, escritor español que ha trabajado el tema de la corrección política. En un artículo que publicó en el diario El Mundo, desde el mismo título se observa que lleva una línea diferente: “Lo políticamente correcto me parece totalitario” (Trías, E.: “Lo políticamente correcto me parece totalitario”, El Mundo, 30/01/1999). ¿A qué va el autor? A que hoy en día, lo políticamente correcto se ha convertido en "una ideología, en el sentido de que tiende a un estado de cosas en el que esté ausente un pluralismo que permita cuestionarse la validez de la ideología (lo políticamente correcto), en función de la cual se pretende cambiar la sociedad de modo que configure la totalidad de los aspectos de la vida" (Ballester, M. 2012).
El desafío es otro
No se puede negar que la abolición de la discriminación y segregación en base a etnias, físico, sexo, creencias, etc. es una batalla digna de pelear. Sin embargo, el camino no es censurar el lenguaje. El lenguaje de por si es el medio más antiguo para describir y crear realidad, y por lo mismo, al censurarlo solo le quitamos utilidad.
Lo importante es transformar la realidad injusta y luego el lenguaje reflejara esta nueva realidad. Si luego quedan términos que directamente discriminan al hombre y a la mujer habría que borrarlos. Si en el pasado se secuestró y esclavizó a gente de África, y luego se discrimino vilmente a sus descendientes, se debe trabajar por reivindicar estos hechos y no evitar mencionar su color. Pues tal como yo me enorgullezco de lucir como mis padres, estoy seguro de que la gente de piel negra también lo hace.
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